Tal y como figura en el testamento, Georg Khevenhüller había dotado el castillo de una armería para la protección del castillo y de la población. Una gran variedad de armas siguen conservándose y exponiéndose aún en la actualidad. Entre ellas se encuentran armas de caza, cañones y una bombarda de inicios del siglo XIV, posiblemente el arma de fuego más antigua que se conozca en el mundo. Corazas, armaduras, alabardas y espadas son testigos de la lucha cuerpo a cuerpo, que era necesaria para vencer a los ejércitos invasores. Piezas de botín de las guerras contra los turcos se encuentran aquí al igual que ballestas, arcos y flechas, así como dagas. El único caza-hombres conocido en todo el mundo es sujeto por una armadura de gala para torneos de Nuremberg. Las conocidas corazas de Khevenhüller muestran finísimos trabajos de grabado y arte de aplacado. Los amigos de las armas quedarán satisfechos, al igual que los interesados en la historia. Los niños podrán trasladarse durante la visita en la época de las aventuras de los guerreros.